El pasado 5 de agosto del año 2013, Yurena Hernández Oliva, estudiante de periodismo ha hecho un excelente reportaje sobre algunas experiencias en Bancos del Tiempo; en Canarias3puntocero. Os dejo su reportaje aquí:
Trabajo que se paga con tiempo
Publicado por Yurena Hernández Oliva l 5 agosto, 2013
Desde hace unos años está funcionando una iniciativa que intercambia el trabajo de unos y otros usuarios sin mediación de dinero, sino a cambio de tiempo. Se denomina el Banco del Tiempo y es una plataforma que funciona con más ahínco a raíz de la crisis económica y el alto índice de desempleo.
Formar parte del Banco del Tiempo implica hacerse socio del mismo y completar una ficha en la que se incluyen los servicios que se está dispuesto a prestar, así como aquellos que le gustaría recibir a cambio. Existe un extenso listado de actividades muy variadas que aglutina labores y disciplinas: clases de baile, platos de cocina elaborados, transporte en coche, masajes, trabajos domésticos, apoyo escolar y un largo etcétera. Pueden consultarse todas en la página Webbdttenerife
Hora por hora
La unidad que se fija para contabilizar los trabajos es la hora. Las actividades se gestionan sumando y restando las horas en la contabilidad personal de cada socio, como si se tratase de una cuenta y el correspondiente saldo.
Los coordinadores de esta iniciativa tienen la tutela de una cantidad determinada de socios y se ocupan de solucionarles cualquier problema que se les presente. Una vez que el socio ha realizado una actividad determinada, envía un informe a su coordinador, detallando la información del trabajo prestado y el precio del mismo en horas. Entonces el coordinador lo supervisa y realiza el ingreso correspondiente de horas a su cuenta personal.
Con este sistema de intercambio, lo mismo vale una hora de trabajo de un arquitecto que la de un trabajador agrícola o de cualquier otra especialidad. Si el servicio que se presta no alcanza la hora, han inventado una nueva unidad para medir la cantidad de trabajo, que se llama “tempus” y equivale a la décima parte de una hora. Han estipulado que una hora corresponde a diez euros, por tanto, un “tempus” alcanza el valor de un euro. Gracias a esto se contabilizan los trabajos que tienen menos valor que una hora.
Se oferta y se demanda
El Banco del Tiempo del Área Metropolitana congrega a sus socios en el municipio de San Cristóbal de La Laguna. Es una asociación sin ánimo de lucro y se reúnen una vez a la semana en el local de Ben Magec, que se los cede a cambio de algunos arreglos en la sede o labores de limpieza, aunque en otras ocasiones se encuentran también en una cafetería cercana.
El colectivo tiene cerca de 300 socios, pero en activo se encuentran alrededor de 180, que conforman un equipo de trabajo bien engranado. Aglutina a gente de todas las edades, de muchas nacionalidades y de variadas profesiones.
José era conductor de guaguas, taxis y camiones. Ahora está jubilado y desde hace tres años forma parte de este Banco del Tiempo. Presta servicios de pequeñas reparaciones a cambio de otras demandas. A finales de julio ha estado lijando la puerta del local de Ben Magec y este trabajo forma parte de la lista de servicios de la plataforma de intercambios.
Sandra Romero es colombiana. Lleva casi dos años en España, los mismos que es socia del Banco del Tiempo. Era docente de informática en su país y está realizando gestiones para validar sus estudios y poder ejercer. Ha ofrecido clases de ofimática y llegó a impartirlas y a acumular muchas horas. Entre los servicios que ella solicita está la comida preparada; encarga albóndigas, potajes, arroz con pollo, tartas, etc. porque no le gusta cocinar. También ha sido usuaria de clases de Reiki o masajes.
En sus inicios, la parte administrativa del Banco del Tiempo se llevaba a cabo de forma manual, por lo que, por la cantidad de socios y de servicios, pronto se convirtió en una ardua labor. Sandra acumuló muchas horas de crédito gracias a su titulación y a las clases de informática; por ello, la Secretaría del Banco del Tiempo le solicitó que se encargase de la página Web de la entidad y actualmente desempeña esta función.
Luis María Doce es artesano del cuero, entre otros oficios que ha practicado a lo largo de su vida. Ofrece productos que elabora con cuero como monederos, llaveros o pulseras a cambio de horas que canjea por productos ecológicos. Básicamente demanda bubangos o naranjas que ofrecen otros socios que tienen fincas con excedentes de producción. También ha asistido a clases de guitarra y se está preparando para actuar en un taller de monólogos.
Una alternativa al dinero
Elsa Mateu es una de las coordinadoras y la encargada del Banco del Tiempo de Icod de los Vinos, que está empezando a funcionar en el municipio. El pasado 12 de julio tuvo lugar la segunda reunión informativa en esta localidad para informar a las personas interesadas en participar en la iniciativa.
Elsa defiende que “estamos inventando una alternativa al dinero. La propuesta se ha consolidado también como una alternativa al empleo convencional. Ofrece una oportunidad a gente marginada por el sistema, pero capaz de realizar muchos trabajos a cambio de otros servicios. Gracias al Banco del Tiempo la gente empieza a recuperar el control sobre su vida. Todo el mundo necesita que le ayuden a hacer cosas. Hay trabajo, lo que no hay es dinero para pagarlo”, afirma la coordinadora.
Esta opción funciona como un trueque ampliado entre mucha gente, porque un socio realiza un trabajo a otro, pero luego puede recuperarlo de entre todos los servicios ofertados por todos los socios que forman parte de la plataforma.
Conocer a los usuarios
Una parte importante del Banco del Tiempo la juegan las relaciones personales. La entidad realiza encuentros, asambleas y mercadillos de muestras y trueques cada dos o tres meses con la intención de que los socios se conozcan entre sí. De esta manera es más fácil solicitar servicios, porque hay determinados trabajos como los de cocina o el cuidado de niños que no se suelen confiar a personas que no se conocen.
Algunos servicios requieren el acuerdo previo entre los socios para comprar el material necesario para emprender la actividad. Por ejemplo, si se decide encargar un bizcocho, los usuarios deben convenir si los ingredientes los aporta el solicitante, si los dispone quien lo prepara y lo cobra en dinero, o si transforma el coste en horas o “tempus”. Lo mismo sucede en trabajos como obras o reparaciones en las viviendas, aunque hay que destacar que la mediación de dinero actúa en casos muy excepcionales como gastos en material de construcción o gasolina.
No interviene el dinero
“Las actividades que realizan los usuarios no pueden considerarse competencia para otros profesionales por la única razón de que no cobran en dinero, sino en tiempo. Mientras no se maneje el dinero, no es trabajo encubierto, ni en negro. Son trabajos de buena vecindad y es una opción absolutamente legal”, según argumentan los representantes de la entidad.
La oportunidad de trabajar en el Banco del Tiempo permite darse cuenta de que “el hecho de que no tenga un trabajo (convencional y pagado en dinero) no cambia la persona que realmente es, ni la hace menos válida”, expresa Elsa Mateu. Además, es una opción para sentirse útil y evitar la sensación de no poder ejercer en la sociedad como consecuencia del elevado desempleo existente.
Hay comunidades que funcionan mediante el trueque y que emplean alguna medida de valor para cambiar trabajos y servicios. En Sevilla funciona una moneda social, el puma, con el valor equivalente a un euro. Mediante este sistema se “pagan” los trabajos realizados por los usuarios que participan en esta colectividad.
El trueque como filosofía
A finales del año 2010 se constituyó en San Cristóbal de La Laguna el Banco del Tiempo INCODE, vinculado a una organización no gubernamental. Estuvo en funcionamiento aproximadamente un año y estaba constituido por unos 50 socios.
Jonás González era uno de los coordinadores del proyecto y explica que la organización trabaja con personas en situación de exclusión social y su objetivo era orientar el Banco del Tiempo a este colectivo, porque ésta es una buena herramienta para cohesionar o sacar a personas de la exclusión social.
Este Banco del Tiempo dejó de funcionar porque “no conseguimos implicar a los socios en la gestión administrativa del mismo. Lo ideal es ir dando responsabilidades a los usuarios para poder mantener la estructura que conlleva un banco del tiempo y eso no lo logramos”, asegura Jonás.
Aún así, a Jonás le consta que algunos usuarios mantuvieron el contacto y siguieron intercambiando servicios al margen del Banco del Tiempo. De hecho, él mismo promulga esta filosofía entre sus conocidos y allegados y en ocasiones ha impartido clases de ajedrez a cambio de formación en inglés o botánica, por ejemplo.
Conocimiento como moneda de cambio
La periodista Carolina Armas forma parte del Banco del Tiempo del Área Metropolitana desde comienzos de 2013. Se inscribió en la plataforma porque estaba desempleada y la consideró una buena posibilidad para ejercer y ampliar el currículum vitae. Afirma que la entidad es muy cercana y pone facilidades al alcance de los usuarios.
Demandó un servicio de diseño gráfico y ha quedado muy contenta con el resultado. Considera que es un “trabajo fino, exquisito y creativo”. Por su parte, ella ha ofrecido ejercer como periodista o filóloga, sus dos titulaciones. El Banco del tiempo ha solicitado su trabajo para gestionar la comunicación de la plataforma y en esta labor está ocupada actualmente.
Carolina valora la propuesta como “muy útil, sobre todo en casos de apuro económico grave, porque les brinda la oportunidad de contar con un abogado o con funciones más cotidianas, como recoger a los niños del colegio o preparar la comida si estás enferma”.
Nuevo propósito en Tegueste
La asociación Impulso Social está empezando a organizar esta iniciativa en el municipio de Tegueste. Daniel Villalba, partícipe de la propuesta, declara que se han implicado mucho en los preparativos técnicos porque “quieren que funcione de manera autónoma”. Tienen la intención de poner en marcha una moneda local o cheques para validar las actividades que se emprendan.
Villalba expresa que el Banco del Tiempo constituye “claramente una alternativa potente a la sociedad capitalista y consumista. Todos tenemos cosas que ofrecer y no hace falta utilizar el dinero, sino que mediante esta plataforma podemos llevar a la práctica la cooperación y la cohesión social”.
Daniel Villalba es concejal de X Tegueste, pero afirma que la iniciativa es totalmente independiente y puede formar parte de ella cualquier persona. “No interesa el asunto político, pero sí el social. Todo lo que no se consigue de las instituciones políticas y se puede hacer socialmente, hay que emprenderlo”, asegura.
Fuente: Canarias3puntocero.
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